¿Qué es nublo?

Obsesión de nuestros tiempos es el relato, el “storytelling”. Guionizar cada cosa, cada lugar y cada obra. Para “comunicar”-nos advierte el director de marketing-, pero este acaba convirtiéndolas sin remedio en narraciones que compiten por seducir al consumidor. Historias cerradas sin espacio para la imaginación. Nublo es justamente lo contrario, un lugar donde el hombre no se somete al relato impuesto. En nublo puedes sentirte libre de construir tu propia historia.

Fotografías de Aitor Ortiz

Este lugar es como una muñeca rusa, en cada capa se agazapa una verdad más antigua. Como una cebolla, lámina a lámina, aparece otra más profunda. Siempre la duda en esto es si habrá un hueso dentro -como si la realidad fuese tal como un melocotón- o acaso si, capa tras capa de cebolla, finalmente no hay nada dentro, salvo el vacío y el llanto. De los antiguos habitantes de Bilibio, el antiguo Haro, poco sabemos, Berones, Autrigones… gentes de muchos lugares han habitado estas tierras después: romanos, judíos, moriscos, mudéjares, cristianos, etc. Todos incorporando a este lugar una capa más que en su centro ya solamente podemos imaginar.

Fotografías de López de Zubiria

El restaurante H U A R T E se ubica en el Museo Universidad de Navarra, en el Campus de Pamplona. El edificio es obra de Rafael Moneo y se ha inaugurado en el presente 2015. El Museo nace como contenedor de la donación de María Josefa Huarte. Una colección de arte contemporáneo que recoge piezas de Picasso, Palazuelo, Chillada, Oteiza, etc.

Es en homenaje a María Josefa Huarte que el restaurante toma su apellido. Huarte, que significa “isla” en euskera, es también un municipio cercano. Tomando como base su significado, el proyecto de interiorismo del restaurante juega a llevar el mar a Pamplona. Frente al verde, al bosque, al arbolado; el mar, la nube, la tormenta, las constelaciones.

Fotografías de López de Zubiria

Muy cerca de Donostia, pero en un ámbito completamente rural, Mugaritz ocupa el espacio de un “baserri” –antigua casa de agricultura vasca– , inició su actividad en 1998 y  hoy en día está unánimemente considerado uno de los mejores restaurantes del mundo. El quince de febrero del dos mil diez durante la madrugada, un cortocircuito destruyó por completo la cocina, dejando gran parte de la sala inutilizada y obligando a reconstruir enteramente los interiores de ambos espacios. La economía de medios así como la necesidad ética de preservar la memoria de su origen fueron condiciones necesarias para abordar la reconstrucción de la sala.

Fotografías de López de Zubiria

escollera celeste (De escollo).

(Del lat. Caelestis). 1. adj. Perteneciente o relativo al cielo

1. f. Obra hecha con “piedras” colgadas echadas al fondo del agua del cielo, para formar un dique de defensa contra el ruido el oleaje, para servir de cimiento a un muelle las ideas o para resguardar el pie de otra obra el bienestar y la calma de una comida.

Aunque un sentido práctico de “solución acústica” lo precede y si bien la metáfora que contiene el palacio de congresos del kursaal fue “dos rocas varadas”, desde nuestro  estudio se ha pretendido conseguir la literalidad de una “escollera celeste” o las rocas del rompeolas que se divisan desde sus cristaleras que en ni neu lucen colgadas del techo. Se ha tratado de recrear una imagen inversa de los elementos que componen la realidad de los alrededores del restaurante: El rompeolas, el movimiento del mar, etc.

Una obra austera en la que el reto ha sido conseguir mucho con muy poco. El lugar es tan poderoso, donde las aguas dulces y las del océano se encuentran en un permanente ir y venir constante, que no había otra opción que hacer respetar el paisaje utilizando los mismos elementos que el lugar nos muestra.

Huyendo de toda tendencia, de toda moda, la renovación ha buscado recuperar un confort natural, sin florituras…

Fotografías de López de Zubiria

Desde la calle Fermín Calbetón de la parte vieja donostiarra, el Bodegón ha sido testigo de la evolución gastronómica de la ciudad en los últimos cincuenta años.

En la actualidad, el Bodegón se ha adaptado a los nuevos tiempos sin perder un ápice de su viejo encanto al que rinde homenaje a través de unos platos que siguen inspirándose en la cocina popular vasca, que miran al futuro sin perder de vista la tradición y que se basan en el conocimiento y uso de los productos de temporada, que día a día nos surte el mercado.

El espacio del Bodegón Alejandro semeja un sistema digestivo: una puerta como una boca, un trayecto de bajada estrecho y con escaleras que es un exófago, y un comedor estómago… sin olvidar los baños que podrían ser los intestinos. En 2010 los nuevos propietarios, el grupo IXO, decidieron acometer una remodelación con un presupuesto muy bajo. Basadonos en iluminación, pintura, elementios de absorción acústica y cuadros con ilustraciones.

Fotografías de López de Zubiria